El organismo tiene un ritmo llamado circadiano, y sacarlo de ese horario lo perjudica. Este ritmo no distingue fines de semana, por lo cual trate de comenzar y terminar más temprano las salidas nocturnas. Levantarse más tarde tampoco es una solución a este problema.
Haga una pausa relajada entre las actividades del día, con su carga de estrés y ansiedad, y el momento de ir a dormir. Es bueno tomar un baño o ducha caliente, pero al menos una hora antes de acostarse, para no estar acalorado en exceso.
Usted pasa un tercio de su vida durmiendo, logre un cuarto fresco, calmo, oscuro y confortable. Si su compañero de cuarto ronca, se mueve en exceso o tiene malos hábitos de sueño, ocúpese de que corrija esos problemas con un especialista.
Asegúrese tener un colchón confortable. Si comparte la cama, debe ser adecuado para ambas personas y lo más ancho posible. Cámbielo como máximo cada 10 años. No olvide una buena almohada que le permita una postura cómoda. Las sábanas de algodón son las más recomendadas.